Niño de 4 años murió por culpa de los golpes de su padrastro, en medio de unos últimos días llenos de violencia


Si se habla de Nairkel Aldrain Botia Manrique, quizá no tengan mayores referencias. Pero si se dice que él era el menor de cuatro años que murió luego de la golpiza que le habría propinado su padrastro dentro de una casa del barrio Castilla, de Medellín, tal vez se tenga referencia del caso, la historia de un niño que recibía toda clase de maltratos por el simple hecho de ser niño.
Leer también: Capturado alias Lámpara tras brutal golpiza a su hijastro de cuatro años en Medellín
Así lo manifestó su padre y algunos vecinos del sector, quienes aseguraron que desde comienzos de año, cuando el niño vivía con su padrastro, los golpes eran constantes por querer jugar o realizar cualquier actividad acorde a su edad. De hecho, la agresión que le costó la vida ocurrió, según reportes judiciales, porque el niño se quedó jugando en lugar de irse a dormir.
“La mamá del niño se fue a vivir con este personaje a la casa; se empieza a escuchar maltrato verbal, físico, el niño llorando en todo el tiempo”, indicaron residentes del sector, luego de que este fin de semana se produjera la agresión más violenta de todo este tiempo, una golpiza que dejó inicialmente a Nairkel Aldrain en estado crítico y quien luego murió en el Hospital General.
Mandan a la cárcel a Lámpara
Por este hecho, un juez de control de garantías envió a prisión a Cristian Alexis González Gallego, alias Lámpara, un presunto integrante del grupo delincuencial Los Mondongueros, quien sostenía una relación con la madre del menor desde comienzos del año, meses después de haber finalizado su vínculo con el padre del niño.
Este hombre estaría vinculado como un presunto jíbaro de este grupo criminal y tenía varios procesos judiciales activos por supuestos hechos criminales en Abejorral y Medellín. Incluso tendría una condena suspendida por el delito de homicidio.
Ya con el presunto responsable de este asesinato tras las rejas, se cumplió un poco el clamor de Rafael Adrián Botía, papá del menor. “La verdad muy indignado por lo que pasó, he tratado de manejar las cosas de la mejor manera, siempre primero pidiéndole a Dios por delante que haga justicia”.