Petro bajo fuego por sus señalamientos contra Miguel Uribe tras atentado

El atentado que dejó gravemente herido al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay sigue generando reacciones en el ámbito político nacional. En medio de la conmoción, varios sectores han cuestionado al presidente Gustavo Petro por el tono de sus declaraciones y por años de ataques públicos hacia el dirigente conservador.
Aunque Petro expresó solidaridad con Uribe Turbay, también lanzó nuevas insinuaciones al afirmar que hubo una “reducción extraña” en el esquema de seguridad del senador el día del atentado —pasando de siete a tres escoltas—, y sugirió que detrás del ataque podrían estar “sectores oscuros, neonazis y no republicanos” supuestamente interesados en desestabilizar al Gobierno o sabotear la consulta popular que impulsa su administración.
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Sin embargo, la controversia se centra en la persistencia con la que Petro ha venido señalando a Uribe Turbay como un actor opositor “incendiario”. Desde 2022, el presidente ha acusado al senador de ser “heredero del uribismo más radical”, de actuar como “vocero de élites que destruyeron al país” y de utilizar el Congreso para “fomentar el odio y el miedo” en vez de construir país.
“Discurso que incita y deshumaniza”
Para analistas y figuras políticas de diferentes partidos, la narrativa constante de Petro contra Miguel Uribe no solo ha sido hostil, sino que pudo contribuir al ambiente de agresión que permitió el atentado. María Fernanda Cabal, senadora del Centro Democrático, afirmó:
“Cuando el jefe de Estado repite, día tras día, que alguien es enemigo del pueblo, está deshumanizándolo ante la opinión pública. El ataque a Uribe Turbay no ocurrió en el vacío.”
El expresidente Álvaro Uribe también se pronunció:
“Es inadmisible que, ante una tragedia como esta, el presidente siga insinuando teorías sin sustento mientras por años ha atacado a Miguel por defender ideas contrarias a las suyas”.
Silencio selectivo y teoría de conspiración
En lugar de centrarse en la protección de Uribe Turbay y el rechazo institucional, Petro ha desviado la atención hacia una teoría de complot, insinuando que hubo fallas deliberadas en la UNP, y sugiriendo vínculos con actores externos como la Mossad.
“Llegaron a pedir que hasta la Mossad hiciera una operación de extracción”, dijo en su cuenta de X, sin entregar pruebas ni mencionar responsables concretos.
A esto se suma su comentario de que “no le gusta que se use electoralmente el atentado”, lo que ha sido leído por críticos como una forma de minimizar el hecho y trasladar la responsabilidad política hacia la oposición.
Petro, en el centro del debate ético y político
El episodio ha reabierto el debate sobre la responsabilidad del lenguaje en la política. Aunque el presidente ha condenado el ataque, sus reiteradas alusiones a Uribe Turbay como un símbolo de todo lo que “hace daño a Colombia” son vistas por sectores independientes como una construcción peligrosa del enemigo interno.
El analista Camilo Granada comentó que:
“El presidente no puede ser ambiguo. Su deber es proteger, no señalar. Cuando sus palabras desacreditan al contradicor sistemáticamente, puede convertirse en un catalizador para la violencia.”
Mientras Miguel Uribe Turbay sigue luchando por su vida en la Fundación Santa Fe, el país espera investigaciones claras y rápidas. Pero el atentado ha dejado al descubierto una fractura grave en el discurso político nacional, donde incluso las voces más altas de la institucionalidad contribuyen al deterioro del respeto mutuo.