Jardín, Antioquia: El santuario de los murciélagos y la tradición artesanal
«Jardín es un pueblo con muy buenas fuentes hídricas, entonces tenemos más de 10 cascadas para conocer, las cuales quedan en los alrededores de la montaña. No están en un solo lugar, los invitamos para que vayan y las conozcan, cascadas de más de 50 metros», declaró Stiven Muñoz, un entusiasta local que nos guió en nuestro recorrido por este encantador municipio de Antioquia.
Nuestro viaje comenzó en la garrucha, un medio de transporte artesanal que nos llevó desde la cabecera urbana de Jardín hacia la vereda serranías. Desde allí, teníamos la intención de explorar la famosa cueva de murciélagos que se ha convertido en un destino único en Colombia. La cueva, como nos explicó Stiven, alberga más de 5 mil murciélagos de diversas especies.
Mientras caminábamos por el pintoresco lugar que nos llevaba a la cueva, hicimos una parada en una tradicional vivienda de Jardín. Fue aquí donde tuvimos el placer de probar una deliciosa mazamorra, uno de los manjares típicos del lugar. Este breve descanso nos permitió recargar energías para continuar con nuestra emocionante travesía.
En nuestro camino, nos encontramos con doña María Edelmira Henao, una hábil artesana que lleva más de 25 años elaborando canastos con materiales extraídos de la montaña. «Esto lo sé hacer gracias a mi suegro. Él trabajó en esto y le enseñó a mi esposo, quien a su vez nos enseñó a todos nosotros. Aprendí muy fácil y desde entonces, mis hijos también se han involucrado en este arte», nos explicó con entusiasmo. Los materiales que utilizan provienen del bejuco de la montaña, y su proceso de elaboración es un trabajo arduo que involucra días en la montaña recolectando y preparando el material. Sus canastos y recipientes son muy apreciados por los turistas que visitan Jardín.
Continuando nuestra travesía, nos acercamos cada vez más a la cueva de los murciélagos. Allí, nos encontramos con Don Darío Rendón, quien nos proporcionó información valiosa sobre la cueva y los murciélagos que la habitan. El túnel fue finalizado en 2011 y tiene una longitud de 160 metros, con un ancho de 2,50 metros y una altura de hasta 4 metros.
Don Darío explicó que la cueva alberga tres especies de murciélagos fructíferos: el fructífero, el mielero y el trompa marrano, este último en peligro de extinción. Los murciélagos desempeñan un papel crucial en la polinización y la dispersión de semillas, y son fundamentales para la restauración de los ecosistemas. «El fructífero, por ejemplo, puede volar hasta 50 km en una hora y es un eficiente polinizador y transportador de semillas», destacó Don Darío.
Mientras avanzábamos por el túnel, Don Darío nos mostró las maravillas geológicas que se encuentran en su interior. Los colores de la tierra son impresionantes, y el túnel alberga minerales que se utilizaron en la antigüedad para crear pigmentos para pinturas labiales y actividades de lodoterapia por parte de las culturas indígenas. Además, el túnel está surcado por aguas subterráneas que han sido en parte desviadas para evitar la inundación.
La gran afluencia de turistas a la cueva ha llevado a una especie de convivencia entre los murciélagos y los seres humanos. Los murciélagos han demostrado ser resistentes a la presencia de visitantes y continúan en el lugar pese a las frecuentes visitas de los turistas.
Don Darío compartió con nosotros la historia de la construcción del túnel y cómo trabajó incansablemente en él durante varios años, junto a otro colaborador. El túnel se extiende desde el punto cero hasta 160 metros bajo tierra, ofreciendo a los visitantes una experiencia única de exploración.
Lugar de biodiversidad
Jardín, un lugar bendecido con hermosos paisajes naturales, también es un punto de encuentro para los amantes de la biodiversidad y la conservación. En la cueva de murciélagos, se puede apreciar la importancia de estos mamíferos voladores en la polinización y en el mantenimiento de los ecosistemas. Su contribución es vital para la preservación de la flora y la fauna local.
La cueva, con su oscuro y misterioso interior, alberga no solo murciélagos, sino también secretos geológicos que nos hablan de la historia de la Tierra. Los colores de la tierra y las aguas subterráneas que fluyen a través del túnel crean un paisaje subterráneo impresionante que pocos tienen la oportunidad de experimentar.
El trabajo de Don Darío y otros lugareños en la construcción y el mantenimiento de este túnel es un testimonio del compromiso de la comunidad de Jardín con la preservación de su entorno natural y su deseo de compartirlo con los visitantes. La conservación de la cueva de murciélagos es un ejemplo de cómo el turismo sostenible puede ser beneficioso tanto para la comunidad local como para la naturaleza.
A medida que exploramos y aprendemos sobre la cueva de los murciélagos y su importancia ecológica, no podemos dejar de maravillarnos ante la belleza y la diversidad que ofrece Jardín, un municipio que busca destacarse como el primer destino en Colombia para el avistamiento de murciélagos. La presencia de estos murciélagos es un tesoro que debe ser protegido y conservado para las generaciones futuras, y Jardín está comprometido en esta noble misión.
Jardín no solo nos ofrece la oportunidad de admirar la belleza de sus cascadas, explorar cuevas fascinantes y disfrutar de la hospitalidad de su gente, sino que también nos brinda la oportunidad de ser testigos de la importancia de la conservación de la biodiversidad y la naturaleza en su estado más puro. Jardín es un lugar donde la naturaleza y la cultura se entrelazan, y donde los murciélagos desempeñan un papel vital en la historia y el equilibrio de este hermoso rincón de Colombia.