Liliana Ramírez en su búsqueda por cambiar el rumbo de La Estrella
La lucha contra la corriente política establecida no es para los débiles de corazón. Liliana Ramírez lo sabe muy bien. Enfrentar a los políticos tradicionales que han mantenido un férreo control sobre La Estrella durante tres períodos consecutivos no ha sido tarea fácil. La determinación y valentía de Ramírez han sido puestas a prueba en más de una ocasión. El telón de fondo de esta batalla moderna se despliega en las redes sociales, en vallas publicitarias y en el oscuro mundo de la desinformación política.
Los ciudadanos de La Estrella han llegado a un punto crítico en el cual la preocupación por el destino de los recursos públicos y el acceso a servicios básicos se ha convertido en un clamor. Las promesas incumplidas y la falta de progreso en términos de infraestructura vial y programas sociales han dejado un regusto amargo en la comunidad. Pero Liliana Ramírez, con su visión y coraje, parece ser la chispa que puede cambiar el curso de la historia de este municipio.
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El domingo pasado 13 de agosto marcó un hito en la campaña de Ramírez. En un acto de unidad y convicción, salió a las calles de La Estrella rodeado de 500 aliados comprometidos con su causa. Juntos, conseguimos un mensaje poderoso: el cansancio de las administraciones anteriores que han fallado repetidamente en cumplir sus promesas. Mientras coreaban consignas que resonaban con la frustración acumulada, su manifestación ganó fuerza y atrajo a cada vez más ciudadanos comprometidos con un cambio real.
Otra batalla política
Uno de los temas que ha sido utilizado como arma en esta batalla política es la supuesta vinculación de Ramírez con el Alcalde de Medellín, Daniel Quintero. Ante esta insinuación, Ramírez responde con firmeza y convicción. Ella declara que su compromiso es con todos los habitantes de La Estrella, independientemente de sus inclinaciones políticas, sean de izquierda o derecha, seguidores de Quintero o de Uribe. Ramírez subraya su independencia política y su firmeza de carácter al asegurar que no tiene jefes políticos. Para ella, la historia de Medellín y la de La Estrella son dos narrativas distintas.