Intervenciones de la Alcaldía de Medellín y nuevos negocios le cambian la cara a Plaza Botero
La articulación estratégica del sector privado y la Alcaldía de Medellín permitieron que la Plaza Botero, luego de que el alcalde Federico Gutiérrez retirara las vallas apenas se posesionó, cambiara su cara. Se transformó del lugar temido después de visitar las esculturas y con una gran oferta comercial los visitantes se quieren quedar más tiempo, sin tener miedo.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, este año se realizaron 122 jornadas de sensibilización a los vendedores no regulados de la zona y 30 intervenciones para desmontar 140 cambuches, sacando 37 toneladas de residuos sólidos, lo que permitió darle una primera mejora al entorno.
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A todo esto se le suma la llegada de establecimientos comerciales similares a los que se pueden encontrar en los sectores más exclusivos de la ciudad, como La Tasca y El Social, los más reconocidos del sector de Provenza, en la comuna 14 (El Poblado).
David Ramírez, subsecretario de Espacio Público de Medellín, indicó que “en el territorio han surgido dinámicas en las cuales evidentemente nosotros no hemos logrado llevar a un indicador a cero, como sería el propósito, pero sí han mejorado notablemente los indicadores”.
La mejora de Plaza Botero repercute en las estadísticas de ingreso tanto al Museo de Antioquia como al Palacio de la Cultura. Tan solo en el segundo, este año ingresaron 163.627 personas, mientras que el año pasado, en los 365 días, entraron 141.800 personas.
Además, con los nuevos establecimientos comerciales, en semana la vida de la plaza dura hasta las 8:00 de la noche, mientras que los fines de semana se extiende hasta las 11:00 de la noche, cuando antes a las 6:00 de la tarde se convertía, prácticamente, en un pueblo fantasma.